Foto sorpresa en la iglesia, hasta las piedras hablaron
el día de la "I Marcha de las Flores".
En años posteriores hemos conocido que el sillar epigrafiado ya fue descubierto
D. Antonio Herrera Casado, poseedor de esos apuntes, lo dejó perfectamente explicado
por primera vez, en 1875, por D. Sebastián de Soto y Cortés, un asturiano
que llegó a Villaescusa desde los Baños de Trillo y que dejó constancia
en su diario del hallazgo y de su grata experiencia con una familia,
a propósito de un plato muy especial.
También aparece fotografiado por primera vez en 1995 por D. Ramón Fernández,
que acompañó a una heredera de D. Sebastián para comprobar el hallazgo.
en un trabajo para "Cuadernos Etnográficos de Guadalajara".
Pulsando aquí se puede leer el extracto referente a Villaescusa
